GENERALIDADES TUMORES.


Un tumor es el crecimiento desorganizado y autónomo de un tejido.
Como los tumores óseos son poco frecuentes, es difícil tener una amplia experiencia tanto para clínicos, radiólogos y patólogos (1), lo que amerita un enfoque multidisciplinario para el diagnostico, tratamiento y seguimiento.
Es tan importante la buena y directa comunicación, que en algunos servicios la estación de trabajo del radiólogo, se ubica en el servicio de ortopedia. (2).
Los tumores pueden ser benignos, de malignidad intermedia o malignos.
Una lesión se considera de malignidad intermedia, cuando ocasiona recidiva local o produce metástasis de forma poco frecuente. El ejemplo por excelencia, es el tumor de células gigantes.
Los malignos pueden ser primarios, secundarios (Originados de lesiones que se pueden malignizar o post-radioterapia) y metastáticos. (3).
Los 2 principales aspectos a evaluar ante una lesión ósea focal, son la edad del paciente y la localización de la lesión. Esta sola información es suficiente para reducir el diagnóstico diferencial, sin necesidad de ver las imágenes. (4).
Dependiendo del tipo celular de origen, los tumores pueden ser:

Clínicamente el  crecimiento rápido de una lesión indica malignidad, pero un crecimiento lento, no es necesariamente benigno. (4).
Al contrario de los tumores óseos, la actividad biológica de los tumores de tejidos blandos no se correlaciona con su velocidad de crecimiento. Hay tumores malignos que crecen lento y remodelan el hueso adyacente. Una masa de tejidos blandos, también puede ser la presentación inicial de un tumor óseo o un proceso inflamatorio. (4).
El principal objetivo de la radiología en la valoración de la patología tumoral, es tratar de hacer una aproximación diagnóstica, determinar el grado de agresividad y la extensión de la lesión.
Cuando el clínico se enfrenta a una lesión osea tumoral, el informe debería resolverle las siguientes preguntas: (2, 7).

 

 

 

Fecha de creación Marzo 1 de 2011
Fecha de actualización Diciembre 8, 2011